California :¡Silencio, presos en huelga!

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Publicado en Granma : California :¡Silencio, presos en huelga!


Cuando los presos en cárceles de California cierran una segunda semana en huelga de hambre, por el confinamiento solitario y los castigos padecidos por décadas, aún esperan porque sus demandas sean atendidas y se difunda la penosa rutina carcelaria que padecen.

Pero las autoridades del Departamento de Prisiones (CDCR) han respondido con oídos sordos y, por si fuera poco, han anunciado que tomarán medidas disciplinarias en contra de los miles de reos en huelga.

Asimismo, para los grandes medios de difusión y su monopolio informativo, semejante realidad, —insólita para muchos que no comprenden cómo desde el aislamiento los reos han logrado tanto poder de convocatoria—, no es noticia.

La razón es obvia, se trata de presos que son injustamente confinados en solitario, bajo un trato inhumano y por largos períodos de tiempo. Lógicamente no conviene que se conozca, máxime cuando tantas personas han manifestado su rechazo ante tal política, y su solidaridad con la población carcelaria en huelga.

Los reclamantes, concentrados inicialmente en los centros penitenciarios de Pelican Bay y Calipatria, y cifrados en algo más de un centenar, se han extendido a las prisiones estatales de Corcoran, Centinela, Ironwood, San Quintin y Salinas, así como a las instalaciones para el tratamiento de drogas en Corcoran.

Según la organización Solidaridad con la huelga, podrían ser hasta 12 000.

Estadísticas del CDCR indican además que 513 de los 1 111 reos en celdas de confinamiento en solitario en Pelican Bay, han estado ahí por más de diez años; y 78 por más de 20.

En dichas celdas no tienen acceso a otros reos ni pueden ver la luz solar. Semejante práctica, además de segregativa, constituye una tortura que atenta contra de los derechos humanos más elementales.

En julio último y durante más de 21 días, cientos de reos de las prisiones estatales protagonizaron un ayuno similar, el cual suspendieron tras la promesa de CDCR de cumplir con algunas de sus demandas.

Sin embargo, la respuesta para muchos ha sido la venganza, intimidación, amenazas y severos castigos.

Según denunció la Unión Americana para las Libertades Civiles (ACLU) la violencia de los guardias contra los reclusos se ha incrementado hasta niveles sin precedentes.

A juicio de analistas, los maltratos y violaciones contra la integridad física y mental de los prisioneros abren nuevamente el debate sobre el respeto de los derechos humanos dentro del sistema penitenciario estadounidense.

Recientemente el Tribunal Supremo de Estados Unidos decidió mantener la orden judicial que obliga al estado de California a reducir en 40 000 personas la población de sus cárceles a lo largo de dos años para solucionar los problemas derivados de una atención médica y psicológica deficientes.

De acuerdo con los magistrados, las 33 prisiones para adultos del Estado fueron construidas para albergar a unos 80 000 presos, sin embargo, actualmente hay unos 145 000.

Pero, mientras la práctica del confinamiento en solitario deja destructivos efectos físicos y psicológicos en los prisioneros y crece el número de estos en huelga de hambre, las autoridades concentran sus esfuerzos en regar la voz: ¡Silencio, presos en huelga!

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