La ofensiva comunera

Comparte este artículo:

Se abre ante nuestros ojos un escenario lleno de amenazas y oportunidades. Tiempos agitados, fruto de la larga degeneración de las relaciones depredadoras del capital. Tiempos en los que el fascismo asoma la patita y se normalizan tics notablemente autoritarios en la sociedad cohesionada en torno a “La Roja”, “La piel de Toro” y toda la mitología asociada al nacionalismo español imperante en las comunidades de cultura castellana.

Paralelamente, las organizaciones y los movimientos sociales del campo obrero permanecemos alerta con un alto grado de activismo, pero a falta de un salto cualitativo en nuestro modo de estar y ser.

La extensión del castellanismo a lo largo y ancho de Castilla

Formamos parte de un movimiento popular que tiene buenos motivos para sentirse orgulloso. En los últimos años, nuestra voz ha permitido la visibilización de Castilla como un pueblo donde existen otras voces, que no se bañan en el pantano del “patriotismo constitucional”, que se sitúan radicalmente a la izquierda del pésimo circo político reinante, fruto de la reforma política conocida como la transición.

Reivindicar la conciencia comunera significa reivindicar la cultura popular para resistir a la era “Gran Hermano y Operación Triunfo”, significa reivindicar la memoria histórica de quienes nos precedieron en la lucha por la libertad y la justicia social, escribiendo una historia borrada por el poder político imperante y sus intereses.

Estamos construyendo Castilla con nuestras propias manos. Reinventándonos entre todas y todos, porque la arena es un puñadito, pero hay montañas de arena.

Mientras el gran capital afila sus cuchillos las comuneras y comuneros nos afilamos los dientes, con una campaña sin pausa por todo el territorio castellano, sumando fuerzas y tejiendo complicidades con nuestra gente, el pueblo trabajador, las mujeres en lucha, el precariado, la juventud condenada a emigrar, las trabajadoras y trabajadores del campo que ven cada día morir nuestra tierra, paradas y parados….

El Circo Español es un despropósito de políticos incapaces y corruptos, marionetas de los especuladores del mundo financiero, testas coronadas, sotanas e instituciones ajenas por completo al sentir popular.

El cemento que cohesiona dicho andamiaje es un nacionalismo casposo e insano, profundamente racista, altanero y sexista, construido a partir del rencor y la mezcolanza de aquel Imperio donde no se ponía el sol.

Por eso hacía falta una ofensiva comunera. Porque las trabajadoras y trabajadores de Castilla queremos decir basta alto y claro. Y no sólo queremos decirlo, sino transformarlo en actos concretos.

Vienen tiempos muy difíciles para el pueblo trabajador. Todas las manos, todas las voces son imprescindibles. Hay que hacer morir lo viejo para traer el cambio político, económico y social.

Adiós Juan Carlos, adiós.

Vamos a conquistar nuestro futuro.

En nuestra tierra, que no os pertenece.

» Castilla se pertenece»

Castilla, 15 de Mayo de 2010.

Gabriel Ortega, militante de Izquierda Castellana

Comparte este artículo: