COMUNER@S DEL SIGLO XXI

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Durante el llamado proceso de transición, Castilla como sujeto político estuvo completamente ausente, lo cual facilitó de una forma significativa la implementación de aquel proyecto político.

 

Tres circunstancias condicionaron esa no presencia política y social de Castilla en aquel proceso:

  1. La inexistencia de fuerzas políticas y /o sociales propias que defendieran los intereses específicos de Castilla, del Pueblo trabajador Castellano.

La primera organización política castellanista de la época, la UPC, se construye formalmente en 1985, cuando ya estaban instalados los elementos claves del actual Régimen, fruto de esa »transición».

  1. La falta de conciencia castellanista de los partidos de izquierda de ámbito estatal, incluyendo a los autodenominados de la »izquierda revolucionaria», que funcionaban bajo el esquema nacional español y nunca exigieron nada que fuera más allá de una mera autonomía regional, aceptando y/o apoyando explícitamente la división de Castilla en cinco comunidades, en colaboración objetiva, consciente o inconscientemente con las burguesías caciquiles locales de esas fracciones territoriales de Castilla.

En síntesis la izquierda en Castilla, incluyendo la autodenominada revolucionaria, renuncio a la defensa de la soberanía y de la integridad territorial de nuestra tierra, traicionando en la práctica la letra y el espíritu de la revolución comunera y del pacto federal castellano.

 

  1. Las posiciones de las burguesías y de sus expresiones políticas de otras naciones bajo la jurisdicción del Estado Español, especialmente de la burguesía catalana y de su principal expresión política, Convergencia I Unió.

Pujol, como máximo representante político de esos intereses bregó todo lo posible para impedir que se constituyera una comunidad castellana fuerte en la que estuviera incorporada Madrid. Su argumentación, no exenta de razones desde su punto de vista, era que una comunidad castellana en la que estuviera incluída Madrid, pasaría a tener un peso específico determinante en el conjunto del Estado autonómico que entonces se estaba diseñando.

Lo dramático, es que casi nadie desde Castilla en aquel entonces no sólo no cuestionara ese planteamiento sino que lo aceptara resignadamente.

 

En cualquier caso esa estrategia, inmediatista, que la convierte en un mero tacticismo, se ha demostrado también como tremendamente nefasta, no sólo para Castilla, que lo es en primer lugar, sino para el conjunto de naciones bajo la jurisdicción del Estado , porque la debilidad de la conciencia castellanista es una de las circunstancias que posibilitó, la reorganización de un nacional-españolismo-fascistoide y negador hasta extremos imposibles de concebir hace 20 años, del carácter plurinacional, pluricultural y plurilingüístico de los territorios sobre los que está instalada su jurisdicción.

 

Si alguien cree a estas alturas que es posible un españolismo militante, democrático y respetuoso con las naciones del estado con lengua y cultura propia, o simplemente esta mal informado o es incapaz de procesar la información que posee, quizás en los años treinta hubo alguna posibilidad de algo similar, pero hoy el españolismo, consciente o inconscientemente es una ideología políticamente hablando, parafascista o fascista directamente.

 

Esta dialéctica castellanismo/españolismo, españolismo/castellanismo, es un eje principal vertebrador/ desvertebrador tanto para el bloque dominante español, como para el movimiento popular castellano.

No es en absoluto exagerado decir que desde el punto de vista ideológico y político esa confrontación es el elemento principal en la configuración del movimiento popular en Castilla. Pero también tiene la misma importancia para el enemigo porque mantener la hegemonía del españolismo en Castilla es cuestión absolutamente vital e imprescindible para el mantenimiento de su sistema de dominación.

 

Ello explica cualitativamente, el porque de la actitud brutalmente represiva y criminalizadora del Estado contra el movimiento popular castellano desde sus inicios, linea de trabajo que hoy continua y si cabe con mayor intensidad.

En IzCa esta constatación nos anima a seguir construyendo movimiento popular castellano, porque ello es lo que ofrece expectativas auténticas de cambio a nuestro Pueblo trabajador.

Pero también consideramos que el aumento de la conciencia castellanista, que la construcción de la »PATRIA COMUNERA», en la medida en que debilita el proyecto nacional-fascista-españolista, favorece objetivamente también la materialización de otros proyecto nacional-populares en ésta región de Europa. Creemos que esto es algo que se va comprendiendo, pero quizás es el momento de dar un paso adelante en la cuestión.

 

II-SP, ha sido un buen instrumento para ello.

 

Hoy, en esta fase terminal del Régimen dicho en su sentido estratégico, lo cual no quiere decir que pueda sobrevivir muchos años, la situación en Castilla cualitativamente es muy diferente de la que había a los inicios de la transición.

Existe, aunque cuantitativamente no sea grande, un movimiento castellanista políticamente organizado y con una cierta influencia social. Y desde luego con la capacidad suficiente para no permitir que ante cualquier cambio político en el Estado que afecte a Castilla, esta vuelva a ser la principal pagana y aún por encima con alevosía.

 

Castilla ha jugado históricamente, por diversas razones, un papel significativo en el devenir de éste espacio geográfico sobre el que el Estado Español ejerce su jurisdicción.

A veces para bien, a veces para mal. Ello ha sido en función de los intereses de clase que se expresaban con más fuerza en cada momento histórico.

 

La Revolución Comunera, primer movimiento de auténtica unidad popular , soberanista, de resistencia y rechazo al primer proyecto imperialista – capitalista – global, en la fase del capitalismo mercantil proyecto imperialista que supuso además el inicio de la articulación estratégica de la explotación europea de las Américas y de África, simultáneamente a la colonización interior de Castilla y de otros territorios peninsulares.

 

La Resistencia contra la invasión napoleónica, en un claro ejemplo de como ante la claudicación y traición de las clases dirigentes y de las Instituciones, comenzando por la Monarquía Borbónica, sólo el Pueblo tiene el coraje y la dignidad de articular la defensa patriótica, desgraciadamente en aquel caso sin ser capaces de romper con la hegemonía ideológica de los sectores más reaccionarios de la sociedad, cuestión ésta que posibilitó la vuelta al poder de ésos sectores nada más acabada la guerra de resistencia. Vuelta que supuso además una especial represión sobre aquell@s que habían llevado el peso de la lucha, que terminaron en el exilio o simplemente ejecutados por la Monarquía Borbónica reinstaurada.

Como ejemplo simbólico de ello tenemos el caso de El Empecinado.

Este proceso esta bastante analizado por Marx en diversos artículos que en su momento publicamos comentados en nuestra página web.

 

Las movilizaciones antimonárquicas y republicanas que condujeron a las expulsión de Isabel II y la caída de los Borbones y la proclamación de la I República en 1873, que tuvieron su expresión más articulada desde el punto de vista castellanista en la firma el 15 de junio de 1869, del Pacto Federal Castellano, por las diecisiete provincias castellanas hoy dividas en cinco comunidades autónomas, en la ciudad de Valladolid. Firma por cierto que fue apoyada con una manifestación de miles y miles de ciudadan@s.

 

Las movilizaciones populares de los llamados »motines del Pan» de 1856 en muchas ciudades castellanas. El movimiento de huelgas e insurrecciones del año 1917 que llegaron en algunas ocasiones a la toma del poder durante algunos días en diversas localidades, entre las que destaca la villa tierracampina de Medina de Rioseco que ya se había destacado por su combatividad en los »Motines del pan»

 

La gran resistencia antifascista de los años 20 y 30, que alcanzó niveles absolutamente épicos durante la guerra antifascista en muchos puntos de Castilla, pero muy especialmente en Madrid. Que supuso que el NO PASARAN fuera reconocido en todo el mundo como el grito de la resistencia popular.

Es de destacar como la represión fascista se cebó en Medina de Rioseco en dónde más de trescientas personas fueron »paseadas».

 

El movimiento antifascista actual, también especialmente en Madrid, cuyo origen esta en la comprensión de que el actual Régimen no es sino el heredero del franquismo. Y sobre cuyas bases, en buena medida, surgieron las impresionantes movilizaciones contra la invasión de Irak y contra la brutal manipulación de los atentados del 11 de marzo de 2004, realizada por el gobierno de Aznar y los medios de comunicación, incluyendo el grupo Prisa en un primer momento. Hasta que percibieron que subiéndose a la ola de la cólera popular, podrían obtener buenos réditos electorales.

En otras ocasiones, las clases dominantes castellanas primero y en conjunción con los sectores oligárquicos de otros Pueblos del Estado, ya conformado el bloque dominante español, utilizaron el nombre de Castilla, su lengua y también a veces a importantes sectores de su población para impulsar la dominación de otros Pueblos, por diversos métodos pero con uno preferencial, la conquista pura y dura.

 

El movimiento popular castellano políticamente organizado es consciente de ésta compleja realidad histórica y de la importantísima necesidad de desarrollar entre nuestras clases populares una labor de formación internacionalista, de solidaridad entre los Pueblos, comenzando como no, por aquellos más cercanos y que más sufren en estos momentos, sobre todo represivamente hablando, las consecuencias de la existencia del Estado Español.

 

A lo largo de la historia del movimiento popular castellano actual, múltiples han sido las actividades realizadas en esa dirección, que han supuesto por cierto importantes niveles de criminalización y de represión hacia nuestra militancia, repercusiones que asumimos como la consecuencia casi natural del mantenimiento de una posición de principios desde el punto de vista revolucionario.

Es desde esa perspectiva general, que IzCa y Comuner@s, conjuntamente con otras organizaciones soberanistas e independentistas de los Pueblos bajo la jurisdicción del Estado Español, total o parcialmente, además de algunas organizaciones anticapitalistas de ámbito estatal, impulsamos la construcción de Iniciativa Internacionalista – La Solidaridad entre los Pueblos.

 

Junto con la perspectiva señalada, hay otra que nos parece del mayor interés resaltar, en IzCa consideramos, la historia de los últimos treinta años en esta región de Europa despeja toda duda razonable que pudiera subsistir sobre ésta cuestión, que el marco principal de acumulación de fuerzas en la lucha de clases es el Nacional-Popular .

 

Así es desde luego en Castilla. Es en ese marco, el nacional-popular en el que nos jugamos nuestro futuro político, económico, social, cultural,… Es en ese marco en el que ponemos en práctica día a día el derecho de Autodeterminación, la construcción de la soberanía, que no puede comenzar sino por la construcción de las fuerzas populares propias.

Eso no excluye, muy al contrario, que consideremos que hay una lucha común contra un enemigo común a nivel del conjunto del Estado, la lucha por transformar el propio Estado Español.

 

La victoria, realmente posible, desde una perspectiva estratégica en el ciclo histórico en el que hemos entrado, cuya duración temporal es imposible de cuantificar pero que probablemente no se extienda más allá de ocho o diez años, sobre el Estado Monárquico-Neofranquista, será mucho más probable si se avanza en una auténtica coordinación de los movimientos nacional-populares bajo la jurisdicción total o parcial del Estado Español y conseguimos además que éste cuente con el respaldo de todas las fuerzas con auténtica voluntad rupturista que en él existen.

 

La lucha popular-revolucionaria en América Latina, nos da claros ejemplos de que como desde el respeto absoluto a cada movimiento popular, se pueden aunar esfuerzos en las luchas comunes para que estas tengan auténticas posibilidades de éxito.

También se puede aprender mucho del papel de Cuba en el conjunto del movimiento popular en Latinoamérica.

 

De como ésta desde su papel de referencia ideológica y política de primer orden, ha sabido y sabe tratar a todos los movimientos populares, grandes o pequeños, con absoluto respeto, no formal, sino de fondo y como han sabido ir aportando para tejer todas aquellas alianzas, LA RED, en la que poder pescar al imperialismo, en nuestro caso al imperialismo español y a sus apoyos.

 

Consideramos y así lo decíamos en un primer balance después de las elecciones al Parlamento Europeo que II-SP, fue un gran éxito político, aunque el resultado electoral quedara por debajo de las expectativas, en muy buena medida por la campaña de criminalización y el pucherazo.

 

Consideramos además que uno de los éxitos políticos de II-SP, fue precisamente la conquista de su legalización frente a los ataques del gobierno y del Estado en general. Legalización que se conquistó en buena medida por el impresionante movimiento de solidaridad, también a nivel internacional.

 

Otro importante éxito de II-SP fue precisamente destacar el papel protagónico en la articulación de la lucha contra el Estado Español de los movimientos nacional-populares.

 

 

Luis Ocampo, IzCa

Castilla 26 de enero de 2010

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