La respuesta de los Pueblos del Estado.

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La guerra antifascista se configura en diversas etapas:

Una primera etapa que podríamos considerar de resistencia y estabilización de frentes hasta 1937. Una segunda etapa que concluye con la caída del llamado Frente del Norte (Euskal Herria, Cantabria y Asturias) .

Una tercera etapa en la que el territorio republicano queda dividido, Cataluña queda separada del resto del territorio republicano.

Una cuarta etapa de finales de 1938 a principios de 1939, en la que cae Cataluña.

Y una quinta etapa que incluye la caída, por traición, de Madrid y el final de lo que podríamos llamar la guerra antifascista convencional.

A partir de ese momento la resistencia militar se articula esencialmente a través de los movimientos guerrilleros que dan continuidad a la guerra con nuevas formas y que dura hasta los años cincuenta.

Por último estaría una etapa que dura de alguna forma hasta nuestros días y que se inicia a finales de los años cincuenta y siguientes, con la articulación de nuevas formas de resistencia armada.

En este segundo articulo abordaremos lo que fue la primera y segunda etapa de la guerra antifascista en el Estado Español.

La guerra antifascista en el Estado Español se puede considerar como la primera parte de la gran guerra (II Guerra Mundial) contra el fascismo internacional. Una vez finalizada ésta las llamadas »potencias democráticas» dejaron completamente abandonados, como había ocurrido durante la propia guerra antifascista, a los Pueblos del Estado Español.

El inicio de la guerra fría además supuso un apoyo explícito por parte de esas potencias al Regimen Franquista como punta de lanza en la lucha anticomunista.

Como decíamos en el anterior artículo, una vez realizada la operación del paso del estrecho del ejercito de África a la península, con la esencial colaboración de la aviación italiana y alemana, bajo la protección de la flota de esos países e incluso de algún navío de la marina británica. Y con la neutralización vía político-diplomática de la flota republicana.

Esta vía político-diplomática, estuvo condicionada por que Tetuán gozaba de un estatus internacional especial, que fue utilizado para impedir que la flota republicana que había quedado mayoritariamente en manos del gobierno del Frente Popular por la audacia de la marinería que neutralizó a la oficialidad durante el levantamiento fascista, fuera utilizada para impedir el puente aéreo que como hemos explicado sirvió para transportar el ejército de África a la península a través del estrecho.

Pues bien una vez finalizada esta operación , comenzó propiamente la guerra, cuyo objetivo principal inicialmente era la toma rápida de Madrid; y así se intentó.

La estrategia fue la siguiente:

Primero: Unir por el Oeste en Extremadura y la frontera con Portugal, las dos zonas en las que había triunfado el Golpe de Estado fascista, la zona occidental de Andalucía con la franja en el norte que iba desde Galicia hasta la parte occidental de Aragón, incluyendo Castilla la vieja menos Santander y los territorios de Ávila; y Navarra en Euskal Herria.

Ese objetivo tenía un doble sentido, uno evidente, unir las dos zonas en las que la rebelión había triunfado y una segunda no menos importante, reforzar la retaguardia a través de Portugal del movimiento fascista.

No nos cansaremos de insistir en la gran transcendencia que desde ese punto de vista tuvo Portugal. No hay que olvidar que el primer lugar en el que Franco instala de una forma estable su Cuartel General es en Salamanca, con fácil salida hacia Portugal, lugar en donde se había refugiado el General Sangurjo después de haber salido derrotado de su intentona golpista.

Una vez conseguida la meta de unir las dos zonas bajo mando fascista el gran objetivo pasa a ser el ataque sobre Madrid. La toma de Madrid que los ejércitos fascistas esperaban iba a ser relativamente rápida y fácil.

A partir de septiembre de 1936, los ejércitos fascistas inicia su avance hacia Madrid, saliendo de Extremadura a través del valle del Tajo por el oeste, así como por el norte con una importante participación de las tropas navarras.

El avance desde Extremadura consigue profundizar bastantes kilómetros pero finalmente son frenados a primeros de noviembre de 1936. La ofensiva fascista sobre Madrid es derrotada.

El Pueblo organizado y en armas, con la colaboración de algunos militares profesionales leales a la República , de unidades de la guardia de asalto y de algunos miembros de la Guardia Civil, derrota la ofensiva fascista sobre Madrid.

Es la segunda gran derrota de la insurrección fascista que tiene que replantearse la estrategia militar para la guerra y este cambio consiste en poner como primer objetivo la liquidación del frente del norte, ampliar las zonas bajo mando fascista, antes de volver a intentar el asalto de Madrid.

En síntesis rodear y aislar Madrid antes de reintentar su conquista.

Se inicia una nueva fase de la guerra

Primero fue derrotado el golpe, después fue derrotado el proyecto de resolver el conflicto en una guerra rápida que tendría su punto culminante con la conquista de Madrid. La resistencia popular consigue infringir esas dos derrotas e imponer una estrategia de desgaste, de guerra prolongada.

Ciertamente es a partir de ese momento, cuando la presión en contra de la II República y del Frente Popular por parte de la alianza fascista europea con la complicidad del resto de potencias capitalistas occidentales, especialmente EE.UU y la Gran Bretaña, pero también Francia, crea un marco internacional muy favorable al alzamiento militar-fascista y contrario al movimiento republicano, solo roto por la URSS y por supuesto por la solidaridad popular internacionalista cuya máxima expresión son las Brigadas Internacionales, fenómeno éste que expresa los profundos sentimientos que unen a los Pueblos; y como en aquel momento la lucha antifascista en el Estado Español era percibida globalmente como la punta de lanza en la lucha internacional contra el fascismo y el imperialismo.

La gloriosa resistencia de Madrid, nunca derrotada sino traicionada, es el origen de ese grito de lucha que aún hoy sirve como elemento identitario en muchas partes del Mundo al movimiento antifascista y antiimperialista NO PASARAN.

A primeros de noviembre de 1936 y en la defensa de Madrid, reciben su bautismo de fuego las Brigadas Internacionales.

La caída de Donostia: Donostia cae en manos de los rebeldes fascistas después de una fuerte resistencia el 13 de septiembre de 1936, Guipúzcoa es invadida desde Navarra por dos columnas que avanzan respectivamente por los valles de Loria y del Bidasoa, compuestas por columnas navarras y una bandera del tercio además de la Legión.

Las columnas son mandadas respectivamente por el Teniente Coronel Cayuela (Loria) y por el Coronel Beorlegui (Bidasoa).

De nuevo en enero de 1937 se llevó adelante una fuerte ofensiva sobre Madrid en dos frentes, uno en el flanco izquierdo que tiene como objetivo el noroeste de Madrid y la carretera de la Coruña; y otro frente que se desarrolla en el flanco sur y tiene como objetivo el de cortar la conexión de Madrid con el Levante y por tanto la carretera de Valencia.

Esta ofensiva, la del flanco sur, es mas conocida por la del batalla del Jarama, en la que tienen una participación muy importante las Brigadas Internacionales.

Esta nueva ofensiva se salda con una nueva derrota para el fascismo, la ofensiva del norte o del flanco izquierdo consigue solo muy parcialmente sus objetivos es decir controlar un tramo de la carretera de la Coruña. La del flanco sur, es decir la batalla del Jarama las fuerzas fascistas son absolutamente derrotadas.

Del ocho al veintitrés de marzo 1937 se desarrolla la batalla de Guadalajara, cuyo objetivo de nuevo es romper la comunicación entre Madrid y Levante, intentando completar el asedio a Madrid, en la batalla de Guadalajara tienen una participación principal el ejercito fascista italiano, de hecho son los que aportan la mayoría de los recursos humanos y materiales, estas fuerzas que habían tenido también protagonismo principal y criminal en la conquista de Málaga el ocho de febrero de 1937, sufrieron una derrota total, en toda regla, en la batalla de Guadalajara.

El ejercito fascista y extranjero, italiano, fue derrotado por la resistencia popular antifascista de Madrid y de los Pueblos del Estado Español con la importantísima colaboración de las Brigadas Internacionales.

Comprobada reiteradamente la dificultad de conquistar o incluso de completar el asedio a Madrid, las fuerzas fascistas implementan un cambio de estrategia militar, en la que si van a conseguir éxitos importantes, aunque con una fortísima resistencia popular.

Esa estrategia pasa en primer lugar como decíamos por liquidar el frente del norte, compuesto en ese momento, marzo de 1937, por Asturias, Cantabria y una parte de Euskal Herria.

La ofensiva fascista empieza de este a oeste, es decir comienza por el territorio de Euskal Herria bajo gobierno vasco. En las operaciones participan brigadas navarras, tal como había ocurrido en Gipuzcoa, constituidas en base a requetés -carlistas y a unidades del ejercito. El mando conjunto de las brigadas navarras lo ejercía el general Solchaga, bajo la dirección ultima del general Mola.

En esta ofensiva tuvieron también una participación fundamental el ejercito italiano y la aviación nazi-alemana.

El ejercito vasco aguanta la ofensiva con gran firmeza y valentía, a pesar de las formas brutales genocidas que utilizan las fuerzas fascistas entre las que se incluyen los bombardeos indiscriminados de la aviación nazi-alemana sobre la población civil, tal como fueron los casos de Durango y Guernica, hasta el 18 de junio de 1937.

En la noche del 18 al 19 de junio de 1937, lo que queda del ejercito vasco se repliega a Santander.

La llamada batalla de Brunete se inicia en la noche del 5 al 6 de julio de 1937, es una ofensiva militar lanzada por el ejercito republicano del centro con un doble objetivo, impedir que continúe la ofensiva fascista en el norte, distrayendo fuerzas militares en ese frente y mejorar la situación en la zona oeste de Madrid y en la carretera de la Coruña.

La batalla finaliza el 25 de julio de 1937, los efectivos que participaron en la batalla de Brunete fueron impresionantes, mas de ciento cincuenta mil entre ambos ejércitos; y el numero de bajas también fue tremendo, mas de 36.000 bajas.

Los objetivos planteados por la República en la batalla de Brunete solo se consiguen parcialmente, la ofensiva sobre Santander se retrasa y no comienza hasta el 14 de agosto de 1937, por lo que da tiempo a una cierta reorganización de la defensa y por tanto se alarga el conflicto.

Hay que tener en cuenta que el 19 de mayo de 1937 se constituye el nuevo gobierno presidido por el Doctor Negrín, cuyo objetivo estratégico consiste en enlazar el conflicto en el Estado Español con el conflicto internacional, que estaba convencido acabaría por estallar, su filosofía por tanto de alguna manera era la de que »Resistir era abrir la puerta a la victoria».

La ofensiva del ejercito fascista sobre Santander, como decíamos se inicio el 14 de agosto de 1937, finalizando el 1 de septiembre de 1937, en la defensa antifascista participó muy activa y solidariamente la parte del ejercito vasco que se replegó a Cantabria después de la caída de Euskal Herria.

El 24 de agosto de 1937, y también con una doble intención, distraer tropas fascistas del frente del norte y conseguir alguna victoria que sirviera para contrarrestar las ultimas del enemigo, el ejercito republicano lanza una ofensiva en Aragón que intenta conquistar Zaragoza.

Esta ofensiva se lanza desde el frente republicano de Aragón y termina a primeros de septiembre, se consigue avanzar algo en las lineas republicanas aunque no se consigue la conquista de Zaragoza. El uso de los bombardeos por parte del bando fascista es absolutamente brutal.

Los primeros días de septiembre de 1937, se inicia la ofensiva fascista sobre Asturias y la parte del norte de León que seguían siendo territorios republicanos.

La resistencia popular en Asturias es absolutamente heroica. Asturias, ya cercada por todos los lados por los ejércitos fascistas resiste de una forma absolutamente impresionante cerca de dos meses, hasta el 24 de octubre de 1937.

La revolución de 1934 y la represión subsiguiente habían dejado una huella tan fuerte y un conocimiento tan profundo de lo que era la represión fascista sobre el pueblo trabajador asturiano, que este realmente preterió morir de pie que vivir de rodillas.

A finales de octubre de 1937 los ejércitos fascistas habían conseguido vencer en el llamado frente del norte.

Es del mayor interés destacar como en esos territorios la guerra antifascista supuso la organización de sus propias estructuras políticas y militares, tal como ocurrió en otros territorios del Estado: Cataluña, Aragón, Madrid… demostrando una vez más la vinculación entre lucha popular e identidad territorial.

Luis Ocampo, Izquierda Castellana.

Castilla a 22 de julio de 2008

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