La cocaína como instrumento de control social y como elemento sustentador esencial de la economía criminal, el narcotráfico

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En los años setenta y ochenta fue la heroína, en los inicios del SXXI, es la cocaína y las drogas de diseño.

En los años setenta e inicios de los ochenta pudimos ver como gentes vinculadas al propio Aparato del Estado, introdujeron la heroína en ambientes juveniles de aquellas zonas del Estado Español con un mayor nivel de lucha y de organización: Barrios obreros de Madrid, y otras ciudades castellanas, Vallecas fue un dramático ejemplo; barrios de Euskal Herria; barrios del llamado cinturón rojo de Barcelona; barrios obreros de las dos ciudades industriales más importantes de Galicia que atravesaban una importante crisis como fue Ferrol y Vigo, así como Santiago con un fuerte movimiento de lucha estudiantil…

 

El sistema utilizó la heroína como un arma más para combatir el movimiento juvenil de resistencia de aquello años. Desde luego prefieren toxicómanos, drogodependientes, que rebeldes.

No fue una casualidad la extensión del consumo de heroína, fue una operación friamente calculada por el Poder, como una pieza más para asegurar el proceso de transición del regimen franquista a la actual monarquía parlamentaria.

El mapa epidemiologico del Sida en los años noventa, enfermedad que contrajeron por vía parenteral una gran parte de los consumidores de heroina del Estado Español y que les llevó finalmente a la muerte, puso muy claramente de manifiesto lo que en este artículo estamos describiendo.

¿Por que ahora repiten la operación? ¿y por que lo hacen con cocaína?.

La heroina está muy desacreditada, precisamente por la visualización de sus tremendos riesgos. La cocaína sin embargo tiene ante sectores amplios de la opinión pública, especialmente entre la juventud, una aureola de que es una droga cuyo consumo no supone grandes riesgos, ni desde el punto de vista de la dependencia, ni desde el punto de vista de sus efectos secundarios.

Ambas consideraciones son totalmente erróneas. La cocaína tiene una gran potencia destructora del sistema nervioso central y tiene una gran capacidad de adicción psicosocial.

El bloque dominante español y su entramado, atraviesan de nuevo una situación crítica, como en la época de la primera transición, de nuevo necesitan llevar adelante una serie de reformas politicas que relegitimen al sistema y simultáneamente necesitan abordar un conjunto de cambios socio laborales para ser competitivos en el marco de la Unión Europea, y que llevaran consigo una tremenda precarización de las condiciones de vida de los trabajadores y trabajadoras: reforma fiscal, reforma laboral, reforma de las pensiones…

Es en este contexto en el que resulta muy conveniente tener narcotizada a la juventud de los Pueblos del Estado Español.

Juventud que ha demostrado en reiteradas ocasiones su capacidad de lucha y de resistencia.

La venta de cocaína es por otra parte hoy uno de los componentes fundamentales del narcotráfico, y el narcotráfico es a su vez uno de los pilares básicos de la economía negra en el Estado, que representa entre un 25 y un 30% del PIB español.

Es decir estamos hablando de un gran negocio económico, libre de impuestos, que alimenta todo el entramado de la especulación inmobiliaria y urbanística, así como la extensa y profunda red de corrupción que alcanza a todas las instituciones del estado, incluyendo por supuesto a la corona.

Es evidente que cuantos más consumidores, más negocio, no nos ha de extrañar entonces que el Estado Español este a la cabeza del consumo de cocaína en el mundo por delante de los Estados Unidos, segundo consumidor, o de Colombia.

Casi doscientos mil jóvenes menores de 18 años consumen cocaína con cierta regularidad

Quieren narcotizar a la juventud, quieren destruirla como sujetos autónomos con capacidad de lucha y de resistencia.

Nuestro compromiso tiene que ser luchar contra ello.

Luis Ocampo

Castilla a 21 de mayo de 2006

 

 

 

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